Todo pequeño detalle deja un recuerdo, sin importar el tamaño pues no se pueden medir, ni en segundos, ni en centímetros, ni ponerle valor o precio... El más frágil puede ser el más hermoso y el más intenso puede ser el más doloroso.
Atesorar detalles, momentos, sonidos e imágenes, sentimientos y sueños, enriquecerse en recuerdos, eso es lo que hará que sean inolvidables todas las coincidencias.
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